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lunes, 3 de diciembre de 2012

Comprensión sobre la realidad vivida.

El espacio mental es el lugar donde observamos y comprendemos el mundo que nos sucede por fuera y por dentro, es allí donde se nos presentan las situaciones que día a día resolvemos. Para ello, el Creador, nos ha dotado de la posibilidad de realizar un análisis de las situaciones presentadas a través de un sistema mental. La mente en sí misma no es otra cosa que una herramienta para el alma o ser consciente. 
Para comprender mejor, el observador es el alma o estado consciente, el objeto de observación las situaciones o sensaciones percibidas.
Las situaciones que vivimos desde lo externo son las más analizadas comunmemte y no hacen al objetivo de ésta reflexión. Si bien nos plantean en muchos casos el disparador de las reacciones que se presentan en el mundo interior son cuestiones más conocidas. 
El propósito es deshilar el origen de las fuerzas que se manifiestan en nuestro mundo interno, cual es su origen, como se manifiestan y como controlarlas, si es que se puede.
Las sensaciones son la expresión captada por nuestro ser, lo que vivimos, de ellas obtenemos la calidad de vida que disfrutamos o padecemos. 
Esas sensaciones, como se decía, pueden venir del mundo externo o del mundo interno. Si es desde el mundo externo, son más o menos conocidos sus orígenes: una amenaza, un momento festivo, una prueba, un momento inesperado, una demora, un imprevisto, un logro, un gesto de otro y otros seres, etc. También provienen de nuestro mundo interno a raíz de reflexiones que realizamos sobre los distintos temas que nos preocupan, por ejemplo, del resultado del razonamiento sobre determinado tema, sobre la necesidad del cuerpo de algún alimento, agua, sexo, descanso, dominación y control de grupo, desgano, desinterés. 
Todas estas cuestiones estimulan a nuestra alma o ser consciente a realizar o no las distintas actividades que se proyectan.
Todos estos factores externos o internos desatan un estímulo positivo o negativo en nuestro estado de ánimo, nos cargan de energía o nos apagan. Funcionan como switchs activándonos o anulandonos según sea la sensación que nuestra alma o ser consciente recibe, son estímulos que nos llevan a desarrollar las distintas actividades o dejarlas de hacer.
El recuerdo de experiencias pasadas, la reflexión sobre momentos vividos, también nos afectan y generan en nosotros todo tipo de sensaciones. La imaginación provoca en nosotros grandes estímulos, si la dejamos ir, cual barrilete al que se le da hilo, se hará tan pesada que cortará la unión y perderemos el control sobre ella.
Los sensaciones positivas, las que le permiten al alma o ser consciente un goce, son buscados conscientemente, normalmente se hace abuso de estas, malogrando los estímulos que generan. 
Las sensaciones pueden venir de dos fuentes, una de carácter instintivo y la otra de carácter espiritual.
Las primeras son las que normalmente experimentamos desde nuestros sentidos, incluyendo el dolor y el placer físico. Las demás sensaciones responden al carácter espiritual, al que se genera desde nuestro sistema sensible y que son producto de nuestras acciones sobre nosotros mismos y sobre los demás.


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